Karipbek, de 44 años de edad, nació sin brazos, pero no ha permitido que los obstáculos que enfrenta pongan límites a su éxito. Se convirtió en un exitoso contador después de estudiar en el extranjero y ha participado activamente en el movimiento internacional contra las armas nucleares. En 1989, participó en el movimiento antinuclear “Nevada-Semipalatinsk” y viajó a Nevada, Alemania, Japón y Turquía. Posteriormente, obtuvo el Premio Kurmet (Valor) por su participación en dicho movimiento. Quizás lo más extraordinario, es que Karipbek es un famoso artista que pinta con sus piernas y con su boca. Uno de sus retratos del presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, se entregó como un obsequio al presidente.
El conmovedor discurso de Kuyukov en la conferencia internacional “From A Nuclear Test Ban to a Nuclear-Weapons-Free World” (De una prohibición de ensayos nucleares a un mundo libre de armas nucleares) que tuvo lugar el 29 de agosto en Astana, Kazajstán
Estimados asistentes a la conferencia:
Mi nombre es Karipbek Kuyukov. Nací en la aldea de Yegyndybulak, que se encuentra ubicada a 100 kilómetros de Semipalatinsk, polígono de ensayos con armas nucleares de la ex Unión Soviética. Esta tierra es sagrada para mí, no solo porque es mi patria, sino también porque mis antepasados nacieron y vivieron en este lugar. Para mí, es la tierra más hermosa en Kazajstán.
Hace años, cuando se llevaban a cabo los ensayos, mis padres eran testigos de los momentos en que esas brillantes y enormes nubes en forma de hongo inundaban el cielo. Yo nací sin brazos, lo cual fue un impacto para mi madre. Más adelante, cuando ya tenía edad suficiente para comprender, mi padre me contaba que conducía por los caminos de estepa y lo detenían los soldados militares por invadir el territorio prohibido, a pesar de que era la vía más corta para llegar de un lugar a otro. Mis padres subían por la colina para ver los hongos nucleares, aunque se les ordenaba que se acostaran en el suelo y se cubrieran. Recuerdo el temblor de los armarios y el traqueteo de los platos. Recuerdo los anuncios en la radio que nos informaban acerca de “explosiones nucleares pacíficas” adicionales.
Obviamente, a mi padre le preocupaba mucho mi futuro y la forma en que yo viviría sin brazos. Me llevó a Leningrado cuando se enteró de la existencia del instituto de prótesis de dicha ciudad, donde me fabricaron brazos ortopédicos. Él tenía la esperanza de que yo pudiera usarlos. Terminé estudiando en Leningrado y finalmente recibí mi diploma, pero nunca pude acostumbrarme a los brazos ortopédicos.
Además de mis estudios escolares, tomé clases de arte. Desde muy pequeño me encantaba dibujar. No sé por qué, pero mi alma luchaba por crear algo hermoso. Lo hice sin brazos, solo con mis pies, mis piernas y mi boca. Me he convertido en un artista porque el alma de un artista no puede apagarse por una limitación física.
Es terrible darse cuenta que durante 40 años de ensayos en esta tierra sagrada, se llevaron a cabo 470 explosiones nucleares. Las personas que vivían en Semipalatinsk en esa época salían de sus casas durante las explosiones para mirarlas. Ni siquiera se imaginaban las amenazas para la salud y las devastadoras consecuencias de los crímenes que se estaban cometiendo en su contra. Básicamente se trataba a las personas como conejillos de indias. Se realizaron estudios de la flora y la fauna. En esa época, se nos dijo que las “sustancias radioactivas no afectaban a la flora”. ¡Qué horrorosa mentira! Las sobredosis de radiación causan tumores cancerígenos, cáncer de piel y leucemia en los seres humanos. ¡Estas son sentencias de muerte! Y, más aún, según los expertos, las consecuencias de la radiación pueden afectar a entre cinco y seis generaciones de personas.
He visitado muchos países donde las personas han vivido toda su vida bajo la sombra de los ensayos nucleares. He visto caer las lágrimas de los ojos de madres de Hiroshima y Nagasaki. He participado en reuniones y protestas en el polígono de ensayos de Nevada en los Estados Unidos. He trabajado con muchos amigos, uno de ellos (limitado por) las consecuencias del desastre de Chernobyl. He visto a madres enfermas, y niños escondidos por sus madres debido a que se sienten incómodas de mostrar sus hijos a otras personas. He sido testigo de los efectos de las grandes calamidades que han dañado nuestro planeta.
En cada lugar en el que he estado, las personas han tenido conocimiento acerca de Kazajstán y acerca de la iniciativa de instauración de la paz sin precedentes de nuestro jefe de Estado.
Exactamente hace 21 años, gracias a mi presidente, el polígono de ensayos de Semipalatinsk fue clausurado. Me siento orgulloso de vivir en Kazajstán, el primer país en abandonar la locura nuclear y en servir como un digno ejemplo para otras potencias que siguen la carrera armamentista.
Gracias a la decisión que tomó el presidente Nazarbayev, me animé a contribuir y a luchar para liberar al mundo de las armas nucleares.
Mi principal misión en esta tierra es hacer todo lo posible para que las personas como yo sean las últimas víctimas de ensayos nucleares.
Continuaré haciendo un llamado a la humanidad para preservar la seguridad en el planeta hasta que mi corazón deje de latir.
No quiero que estas situaciones se vuelvan a repetir nunca y en ningún lugar del planeta. Me siento feliz de vivir en una época en que millones de personas que viven en los lugares más remotos de la Tierra pueden escuchar la voz de una persona y apoyarla, ¡nuestras voces pueden convertirse en una voz poderosa! Y todos juntos, podemos exigir el término permanente de los ensayos con armas nucleares.
Podemos hacer una elección: ser pasivos y dejar que los jefes de Estado resuelvan el problema, o unirnos y defender nuestra ciudadanía y nuestros derechos humanos. Todas las personas tienen el derecho de decidir el futuro que quieren para sí mismos, para sus familias y para su nación.
Yo hice mi elección: apoyo el Proyecto ATOM, cuyo objetivo, como lo señaló el presidente en su discurso, es aunar esfuerzos comunes en la lucha contra los ensayos con armas nucleares. Me convertí en un embajador honorario del Proyecto, ya que tengo mucho que decir al mundo dado que conozco personalmente el dolor que trae la peligrosa carrera armamentista. Y hago una llamada a todas las personas a participar activamente en el desarrollo de un futuro libre de explosiones nucleares: firmen la petición en línea del Proyecto ATOM, dejen su huella en la historia.
Nuestra meta común es proteger a la humanidad contra la pesadilla nuclear.
¡No repitamos los errores del pasado! ¡Pido a todas las personas en esta sala que ayuden a detener los ensayos con armas nucleares en todo el mundo!
¡Los polígonos de ensayos nucleares se deben clausurar!
¡Permitamos que nuestro cielo esté limpio y que nuestros hijos sean saludables!
¡No tengo brazos para abrazarlos a todos y expresar mi gratitud por su participación en esta conferencia, pero tengo un corazón que les pertenece a ustedes! ¡Permitan que sus familias vivan en paz y serenidad!
Muchas gracias.